Quizás la relación más amada y odiada . La lucha interna entre el seguir siendo niña , reconocida como hija amada y desapegarse a la vez.
La autonomía como sanidad mental y la independencia se ven muchas veces coartadas por las posibilidades emocionales y físicas para el progreso económico. La falta de estima suficiente no le permite pegar el salto al éxito , la búsqueda de la aprobación continua ante la crítica constante que nunca termina. Son algunas de las barreras que muchas hijas mayores pelean internamente por superar y superarse a sí mismas. Recurriendo una y mil veces a ese ser resiliente que sabe que las herramientas están.
Madres que se sienten incomprendidas, desdichadas e insatisfechas versus madres que están al lado , al borde, presentes, completas,satisfechas porque aprenden y desaprenden dando optimismo y motivación a las nuevas generaciones de hijos.
Mujeres grandes, medianas, y de pequeñas de edad.Mujeres que luchan en la calle por ser respetadas, escuchadas , valoradas y por sobre todo por no ser maltratadas. Mujeres pequeñas de hoy que a viva voz suplican BASTA de violencia. Queremos SER madres, hijas, abuelas,tías sobrinas, hermanas que pueden ir tras sus sueños reconstruyendo sus lazos.